Tradiciones

Las dos primeras clases sociales -libres e insignificantes- podían contraer matrimonio. Normalmente era monógamo -solo una pareja-, aunque estaba admitida la unión de segundo rango con una esclava. Para declarar públicamente sus intenciones, el pretendiente vertía perfume sobre la cabeza de la elegida y enviaba regalos a su familia, víveres principalmente.
Las mujeres casadas eran identificadas por un velo que cubría su rostro o cabello. Esta costumbre se mantiene actualmente en los países islámicos, donde las mujeres esconden el rostro tras un velo oscuro.